Seguramente los concursantes de programas como Got Talent y The Voice, están nerviosos antes de su audición. Después de todo, sus talentos están a punto de ser juzgados frente a una multitud y millones de personas que los ven desde casa.
Pero, Harrison Craig, un chico de 18 años que viene de Melbourne (Victoria), tenía otra razón para estar aún más nervioso por su actuación. Él ha tartamudeado toda su vida.


Crecer no fue fácil para Harrison.
Para nadie es un secreto que algunos niños pueden ser crueles, especialmente con aquellos que sobresalen entre la multitud. Y, tartamudear, convirtió a Harrison en objeto de burlas.
Admitió que:
“Tartamudear mientras crecía era un desafío. Toda mi escuela se reiría de mí. Me molestaban constantemente”.


Esto no evitó que Harrison hiciera lo que amaba: cantar.
A los nueve años se unió a un coro infantil, pero luego se dio cuenta de que prefería cantar solo. Y, cuando se hizo un adolescente, decidió perseguir el sueño de aparecer en el programa de talentos The Voice Australia.
Aunque Harrison estaba entusiasmado con la gran oportunidad, deseaba que su tartamudeo no afectara su desempeño. Una preocupación que, la mayoría de los concursantes, no tienen que enfrentar.


Las sillas de los jueces estaban de espaldas cuando Harrison se subió al escenario. A diferencia de otros programas como American Idol, aquí los participantes son juzgados únicamente por su voz en la primera ronda. Su “apariencia física” no es un factor determinante.
Con sus familiares observándolo y apoyándolo, Harrison estaba listo para entregar su alma y su corazón en la presentación. Sólo el tiempo diría si las cosas saldrían bien.
Lo único que necesitó Harrison fue cantar las primeras notas de “The Broken Vow” de Josh Groban para que los ojos y las bocas se abrieran de asombro. ¡Estuvo maravilloso!


Seal, casi presionó el botón rojo de inmediato. Ni siquiera podía quedarse sentado, estaba muy impresionado por lo que escuchaba.
Entonces, Harrison llegó a una nota tan poderosa que obligó a Seal a tomar su decisión final. Volteó su silla dejándole saber al concursante que quería que estuviera en su equipo.
Lo increíble es que Harrison canta como un ángel enviado desde arriba. Aunque su tartamudeo es notable cuando habla, no hubo señales de ello durante su presentación.
Los otros jueces también presionaron sus botones uno a uno, algo que no sucede siempre. La familia de Harrison aplaudió tras bastidores y su hermano pequeño empezó a llorar.
Es obvio que fue un momento significativo para todos ellos.


Después de la presentación, Harrison se enfrentó a los jueces para el siguiente paso: seleccionar un entrenador. Pero, en cuanto le hicieron una pregunta al adolescente, su tartamudeo volvió a aparecer.
Sin embargo, ya no importaba. Le había mostrado al mundo que podía relajar a una habitación con su canto. Esto dejo a los jueces muy impresionados.
Seal le dijo al adolescente:
“Eres genial, y será mi trabajo y mi privilegio lograr desarollar la grandeza que hay en ti. No me importa si tartamudeas… mientras sigas cantando así, lucharé para darte lo que quieres… “.
Los otros jueces también querían a Harrison en su equipo y no tenían más que elogios para él. Al final, el chico eligió a Seal como entrenador.
Es una audición tan bella e inspiradora que necesitarás prepararte para tener piel de gallina.
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